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Dos expertos en seguridad e higiene de Libus, el especialista en elementos de protección personal, comentan qué se debe tener en cuenta a la hora de realizar reparaciones y otros trabajos con la máxima protección y cuidado.

Sin dudas, la aparición del COVID-19 a escala global y el consiguiente aislamiento hizo que muchos se decidieran finalmente a hacer arreglos pendientes para transformar el hogar/oficina en un espacio mejor donde pasar las 24hs del día. Así, las ferreterías aumentaron sus ventas en un 20%, según aseguró CAFARA, la cámara que representa al sector. La mayoría de los negocios, ante esta situación, implementaron sus canales de venta online para estar en contacto con sus clientes que, al mismo tiempo, que compraban pedían instrucciones de uso. La decoración y restauración de muebles, por ejemplo, crecieron exponencialmente. Otros se animaron a armar su propia huerta incentivando el consumo de productos orgánicos.

“Poca gente considera importante utilizar Elementos de Protección Personal de calidad y que estén certificados a la hora de realizar tareas asociadas a la albañilería, carpintería, soldadura, electricidad e incluso jardinería" -comenta César Berbel y agrega- “muchos accidentes se producen cuando se realizan reparaciones que se consideran menores, para cada tarea que uno emprenda hay opciones diferentes que se ajustan al riesgo por delante”.

“Técnicamente, la evaluación del riesgo está determinada por la probabilidad que ocurra y por la gravedad de la consecuencia que puede generar. Los Elementos de Protección Personal (EPP) son aquellos equipos o dispositivos destinados para ser utilizados por el usuario con el objetivo de protegerlo de los riesgos y cuidar su salud. Es importante que estén certificados, es decir, que cumplan con los requisitos específicos que deben tener para cada actividad”, asegura Santiago Suares Del Mestre.

A continuación, se detallan cinco consejos a tener en cuenta para protegerse correctamente cuando se emprenden arreglos en casa:

      Protección Ocular:

      es una barrera física para garantizar el resguardo de la vista. Sólo 3 de cada 10 personas la utilizan, su empleo reduce las lesiones en un 90%. Para seleccionar el tipo de protección ocular hay que tener en cuenta la velocidad que se desplaza la partículas ya que eso es energía en movimiento. De acuerdo a la energía que lleva la partícula se clasifica –bajo, medio, alto- se recomienda el uso de anteojos (Energía Baja), antiparra (Energía Media) o facial (Energía Alta) respectivamente. Esto es necesario cuando se está agujerando una pared, madera, metal, o trabajando con líquidos abrasivos. El policarbonato de grado óptico que se utiliza para su fabricación, nos garantiza la retención del 99,9% de los rayos UV.

      Protección respiratoria:

      Previene la inhalación de Partículas, Gases y Vapores nocivos para los pulmones, polvo de pintura cuando se lija una pared o madera; humos de soldadura e incluso sustancias tóxicas como, por ejemplo, el cloro/lavandina en tareas de desinfección; e insecticidas, fumigadores y contaminantes en tareas relativas a la jardinería. Se recomienda usar respiradores N95 para partículas, y Semimascara o Mascara con cartuchos químicos para gases y vapores.

      Protección auditiva:

      se utilizan en ambientes ruidosos para resguardar el sistema auditivo. Hay dos opciones: el modelo endoaural (tapones de uso interno) y el de copa (de uso externo, similares a los famosos headphones). Los primeros hay que higienizarlos cada vez que los vamos a utilizar, e incluso los hay descartables (no se higienizan). Se usan, por ejemplo, para realizar las tareas con taladro, amoladora, caladora, entre otras herramientas con el objetivo de atenuar el sonido que generan.

      Los cascos de seguridad:

      se utilizan con el propósito de evitar golpes en la cabeza. Cumplen la función de evitar el contacto violento de proyectiles y objetos corto-punzantes o, inclusive, con líneas electrificadas que puedan generar choques eléctricos y quemaduras. Un casco de protección eficiente debe contar con dos partes bien diferenciadas. Por un lado, la Carcasa plástica (el elemento de material duro que constituye la forma externa general del casco) y por otro lado, un arnés/suspensión interior, que permite mantener la posición sobre la cabeza y, absorber la energía cinética durante un posible impacto.

      Los guantes de seguridad:

      Ofrecen protección frente a distintas situaciones que pueden surgir mientras se está trabajando: riesgos químicos, eléctricos, térmicos e, inclusive, mecánicos. Hay distintas opciones y, según el tipo de guante del que se trate, pueden ser resistentes a los corte, a la abrasión, al rasgado o perforación, a la inflamabilidad, al calor, al frio extremo y las quemaduras por químicos y metales fundidos.

Es importante recordar usar siempre estos EPP para cuidarnos tanto como a nuestro entorno y prevenir incidentes, que podrían tener graves consecuencias sobre la salud y seguridad.

  • César Berbel, Licenciado en Higiene y Seguridad por la Universidad Nacional del Litoral.
  • Santiago Suares Del Mestre, Licenciado en Higiene y Seguridad por la Universidad Nacional de Lomas de Zamora

Acerca de Libus

Libus, es una empresa argentina que desde hace 20 años viene diseñando y fabricando elementos de protección personal para la cabeza, con materiales de gran calidad y confort. Tiene su planta modelo en Berazategui, Provincia de Buenos Aires, con un moderno laboratorio de ensayo y medición para testear productos que poseen todas las certificaciones nacionales e internacionales necesarias para su comercialización y uso.